SARAMAGO PROPONE OJOS ABIERTOS Y BOLETA EN BLANCO
Un magnífico escritor lusitano nos dio una dura lección sobre el comportamiento humano, cuando éste se ve inmerso en una ceguera blanca como la leche; disecciona al hombre con objetivo de observar su adentro más oscuro. Es a partir del abandono a sus ciudadanos y la pésima estrategia para controlar el problema, por parte de los gobernantes, que se despierta el acto de la más estricta lucidez en la conciencia de las masas.
La perspicacia demostrada por el pueblo en Ensayo Sobre la Lucidez del portugués Premio Nobel de Literatura, José Saramago, convierte la desesperación, el vacío y la decepción de la humanidad, cegada por el horrible control del poder, en una llamada de atención. El modo más astuto con el que se puede actuar frente a los cómodos dirigentes, es la ausencia, y no se habla de dar un voto nulo o de recargarse en la izquierda, en el centro ni menos en la derecha. Se trata de rechazarlos, de no ir a la urna, de la boleta en blanco.
Sólo una ausencia tal puede hacer notoria la presencia, esa es la manera más aguda con la que se puede dañar un sistema, no prestarse a su juego, al circo. A pesar de tan lúcido acto, los antagonistas de la novela del portugués, prenden los motores de sus maltrechas conciencias y lo único que pueden extraer de tal acto lúcido, es la búsqueda de uno o varios culpables, mente maestra que persuadió al pueblo para hacer semejante acto “antidemocrático”.
«Puede suceder que un día tengamos que preguntarnos Quién ha firmado esto por mí.» Ese día puede ser hoy. Mientras esperamos un acto de lucidez para el pueblo mexicano y latinoamericano, nosotros solamente les podemos recomendar y refrescar sus conciencias con la lectura de Ensayo Sobre la Lucidez del hombre que gritó un día: ¡Falsa democracia!
